Buenas prácticas de mantenimiento preventivo en TI

04/04/2024

Buenas prácticas de mantenimiento preventivo en TI

Según el “Análisis de estimaciones económicas y tendencias tecnológicas para el presupuesto del departamento TIC” realizado por la comunidad de CIO’s LiceoTic, el gasto en TI de las compañías se va a incrementar un 8% a lo largo de este 2024.

Con una inversión cada vez mayor, el presupuesto destinado al mantenimiento de la infraestructura continúa creciendo también, un aspecto crucial para garantizar la continuidad del negocio y que las organizaciones tienen más en cuenta a medida que su inversión en tecnología crece. 

Hoy exploramos qué es el mantenimiento preventivo en IT, cómo se diferencia del mantenimiento correctivo y compartiremos algunas buenas prácticas para mantener la infraestructura de red, servidores, hardware y software en condiciones óptimas.

¿Qué es el mantenimiento en TI y por qué es importante?

El mantenimiento IT consiste en llevar a cabo de forma rutinaria acciones sobre la infraestructura de red, sobre los equipos, servidores y aplicaciones para evitar prevenir incidencias y averías.

Este mantenimiento suele planificarse varias veces al año, lo que garantiza la continuidad del negocio y el funcionamiento óptimo de la infraestructura tecnológica de una organización.

Mantenimiento preventivo vs. mantenimiento correctivo

El mantenimiento correctivo se realiza tras la detección de un fallo informático cuando el técnico lleva a cabo una reparación sobre la falla detectada, mientras que el mantenimiento preventivo tiene por objetivo minimizar las acciones de mantenimiento correctivo.

Si bien el mantenimiento correctivo es esencial para abordar problemas inesperados, puede resultar costoso y disruptivo para las operaciones comerciales. 

Por su parte, el mantenimiento preventivo ayuda a evitar la mayoría de estos problemas, lo que resulta en un menor tiempo de inactividad y costes de reparación reducidos en el medio y largo plazo.

Buenas prácticas de mantenimiento para hardware

El mantenimiento de los equipos y sus componentes eléctricos, electrónicos y electromecánicos cobra también relevancia para prevenir acciones de mantenimiento correctivo. 

Los equipos cuentan con una vida útil y es necesario revisarlos y actualizarlos con una periodicidad.

Algunas de las prácticas de mantenimiento preventivo más habituales sobre el hardware de la infraestructura son:

  • La implementación de medidas de seguridad física, como el control de acceso a los servidores o métodos de verificación como la autenticación biométrica o ciber llaves.
  • La limpieza regular de equipos para prevenir la acumulación de polvo y evitar el sobrecalentamiento. 
  • Una revisión periódica de cables y conexiones para detectar signos de desgaste o deterioro.
  • La actualización de componentes obsoletos o degradados para garantizar un rendimiento óptimo.

Buenas prácticas de mantenimiento para software

Con respecto al software, son varios los aspectos que tienen en cuenta los técnicos a la hora de realizar labores de mantenimiento preventivo. Algunas de ellas son:

  • Gestión de copias de seguridad periódicas de datos críticos.
  • Instalación regular de actualizaciones de seguridad y parches de software para proteger contra vulnerabilidades.
  • Actualización del sistema operativo, limpieza de archivos temporales, desfragmentación de discos, etc.
  • Monitorización del rendimiento del software para identificar posibles problemas de rendimiento o errores.
  • Implementación de políticas internas para proteger los datos críticos de la organización y prevenir vulnerabilidades que pueda causar el fallo humano.
  • Mantenimiento, gestión y administración del servidor de correo, aplicaciones y servidores.

Buenas prácticas de mantenimiento para la infraestructura de red

Los técnicos de redes se encargan de monitorizar el estado de los switches, routers, cortafuegos, proxys, tarjetas de red, puntos de acceso, VPN, etc. Entre las prácticas habituales de mantenimiento sobre la infraestructura de red, destacan:

  • Implementación y actualización de políticas de acceso y privilegios para proteger la red contra accesos no autorizados.
  • Monitoreo constante del rendimiento de la red para identificar posibles cuellos de botella o puntos de fallo.
  • Actualización regular del firmware de los dispositivos de red para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo.
  • Realización de pruebas de seguridad periódicas para detectar y mitigar posibles vulnerabilidades.

En definitiva, un buen servicio de mantenimiento y soporte TIC, que tenga en cuenta el análisis de cada necesidad y todos los aspectos que conciernen al óptimo funcionamiento de la infraestructura, es fundamental para evitar incidencias que puedan tener consecuencias a nivel de negocio.

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